sábado, 12 de agosto de 2017

EL MAGO


Cuando la realidad nos agobia, es buen momento para llamar la atención de nuestro mago interior. Nuestro mago, como el de la carta I del Tarot, nos ayuda a encontrar la solución a los problemas. Mercurio, el planeta de la comunicación y las comunicaciones, del comercio, nos llama a ser prácticos, a focalizarnos en aquello que está en nuestras manos cambiar y a empezar desde allí a ordenar nuestro universo.

El Mago es El Hacedor. Para él todo es posible, siempre hay una manera, solo hace falta encontrarla.

Es el momento de hacer listas, de priorizar, de bajar al papel todo aquello que nos nubla la visión y nos impide pensar con claridad. Recomiendo escribirlo todo en una hoja blanca, como nos venga a la mente, lo que nos preocupa, lo que deseamos, lo que nos da rabia, lo que sea. Escribir sin juzgar. Es únicamente para nosotros.

Una vez que hayamos plasmado todo en el papel, es bueno tomar un descanso, dar una vuelta, prepararnos un café. Al poner las preocupaciones y los deseos por escrito, la mente se relaja, deja de darle vueltas a todo al mismo tiempo. Aunque solo sea por un rato, entiende que puede distraerse porque esa información ya está a buen recaudo y no se perderá.

Para cuando volvamos al papel, habremos tomado un poco de distancia y tendremos una nueva perspectiva del asunto. En una nueva hoja, iremos ordenando, ahora sí, todo lo que había en la primera, clasificando punto por punto y armando diferentes listas: Deseos, Preocupaciones, Urgente, etc.

Luego habrá que hacer un plan de acción, teniendo en cuenta el corto plazo, el mediano plazo y el largo plazo. Y poniendo especial atención en lo que podemos hacer nosotros para trasformar nuestra situación actual en aquella que deseamos.

Sin duda habrá que resolver primero lo urgente, pero no hay que descuidar el mediano y el largo plazo. La planificación evita o disminuye muchos efectos no deseados de las decisiones que tomamos y nos ayuda a ver la película completa, de la que el presente que vivimos es solo una foto. Tener claro el rumbo, aunque solo estemos dando el primer paso, nos tranquiliza, reduce la ansiedad y nos genera confianza.

El plan de acción deberá ser lo más específico posible, incluyendo los pasos concretos a seguir, con un organigrama para la semana con los objetivos que se espera cumplir cada día.

Cuando tengamos listo nuestro esquema, es probable que nos queden todavía algunas cosas en la primera y la segunda hoja, que no hayan encontrado sitio en la hoja de planificación: aquello que no podemos cambiar, o que no depende de nosotros. Ese remanente habrá de colocarse bajo la columna de “Aceptación”, respirando hondo cada vez que agrega una línea 😊.

Poner la lista a buen recaudo, ya que habremos de consultarla seguido, para ir tachando los objetivos cumplidos, y reorganizando el resto a medida que se nos presenten obstáculos o contratiempos que desconociéramos al momento de la primera planificación.

El Mago que llevamos dentro nos ayudará a cumplir con lo que nos hemos propuesto, a focalizarnos en los pequeños pasos que debemos dar cada día, para conseguir grandes objetivos.

Y recuerda: La travesía más grande comienza con el primer paso (Lao-Tsé).

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